Ya sin agotar entradas y con un calor algo más moderado, el Low Festival celebró su jornada de clausura el domingo 27. Muchos nombres nacionales para acompañar a Kaiser Chiefs, que arrastraron a bastante público. No obstante parece que los grandes triunfadores de la noche fueron Love of Lesbian y, en menor medida, La Habitación Roja. Podéis ver todas las fotos que sacamos durante esta jornada del festival en nuestro álbum de Flickr o al final del post.

Metropol

Como siempre una empieza el horario a primera hora y para no variar, el escenario Sounds From Valencia nos traía una propuesta la mar de interesante. Se trataba de una banda que me era absolutamente desconocida hasta que la vi en el cartel del Low, Metropol, pero que practican un pop de líneas oscuras muy bien construido. Muchos de sus paisajes y la voz de su cantante hacen preguntarse si su nombre no contendrá algún tipo de referencia a los estadounidenses Interpol. Cuentan ya con un LP y un EP y andan este verano moviéndose por el circuito festivalero de Levante. En Benidorm y con un sol de justicia lograron congregar a un buen puñado de personas en un concierto que realmente mereció la pena, intenso y divertido que me dejó con muchas ganas de verlos con calma en una sala pequeña.

Los Campesinos!

Confieso que no tenía mucha curiosidad por ver a Los Campesinos! ya que llevo unos años muy desconectada de ellos. Hace bastante tiempo los escuchaba muchísimo hasta que los vi en un Sonorama en una intervención más etílica que constructiva y quedé un poco decepcionada. El caso es que en esta ocasión su actuación fue todo lo contrario: aunque me debo haber perdido un par de discos de esta gente, me metí en el concierto sin problemas. Ellos estaban cálidos pero sin necesidad de hacer el mono, bastante acertados técnicamente y con un setlist bien medido. Me sorprendieron para bien, tal vez sea en parte el cambio de formación que han experimentado en los últimos tiempos, o que sencillamente en el pasado les pillé en una mala ocasión. El caso es que los galeses desarrollaron su folk colorista y lleno de sonido e instrumentos de forma incuestionable. Estuvo además muy tierno Gareth en sus intervenciones, explicando que tocaban pronto porque su guitarrista trabajaba a las 7 de la mañana del día siguiente en Londres, de modo que había que meterlo en un avión a toda velocidad. Tiene mérito, si era verdad, estar ahí el domingo por la tarde.

Niños Mutantes

Ya entraba la noche cuando una de las bandas indies españolas más queridas y veteranas del cartel del Low se subía al Matusalem: los granadinos Niños Mutantes. La carismática formación granadina anda cumpliendo este año quince desde su estreno en los escenarios y el público no se olvidó de ello. Muchos temas de El Futuro (2014) que fueron coreados animosamente, pero mucho éxito cuando volvieron a los temas de Naúfragos (2012), sobre todo cuando hicieron referencia a la corrupción política con temas como Caerán los Bancos. Son una banda eficaz que siempre sabe aportar un puntito de alegría a todo festival hispánico que se precie, y esta no fue una excepción.

Kaiser Chiefs

Para mi (muy personalmente) una de las grandes sorpresas de la noche fueron Kaiser Chiefs. Sencillamente porque hacía años que les tenía perdida la pista y ni siquiera había prestado atención a su Education. Education. Education and War (2014) (craso error). Los tenía en esa lista de grupos británicos (junto al lado de Kasabian y The Libertines) de la década pasada que alguien decidió que se tenían que poner muy de moda pero que ya pasaron. Pues resultó que su concierto fue uno de los que más me gustó de todo el festival: empezaron absolutamente desatados, con muchísima fuerza y tirando del magnetismo de su vocalista, Ricky Wilson. Por lo que pude ver, se metieron a la audiencia en el bolsillo con una facilidad pasmosa y en un par de canciones tenían a mucha gente pegando saltos como locos, y no estoy hablando solo de las primeras filas. La verdad es que sonaron como una apisonadora de rock, sin que Wilson parara de moverse por el escenario y arengar a las masas, pero sin necesidad de hacer demasiado el payaso. Pudieron dar un concierto de algo más de una hora que pasó como un suspiro y fue para mi todo un reencuentro con esta banda a la que le había perdido el interés hace ya años.

La Habitación Roja

Supongo que lo que diga de La Habitación Roja va a ser todo muy personal, pero es posible que sean mi banda indie española favorita. Había mucha gente viéndolos, tal vez no tanta como para El Columpio Asesino la noche anterior, pero mucha. Hace un año les veía comentar que había tardado mucho en llegarles el reconocimiento unánime de la crítica y el público, pero creo que desde que publicaron Fue Eléctrico (2012) han pasado de ser la típica banda que estaba ahí normalmente en los carteles de los festivales indies nacionales a ser un pilar imprescindible de estos. Yo, ¿qué voy a decir?: creo que cada vez que los veo me gustan más. El concierto que dieron en el Low no fue perfecto en ejecución (casi cada vez que entraba el piano había alguna cagadilla, para qué vamos a mentir), pero el setlist sí que fue sensacional (combinando sobre todo canciones muy conocidas de sus dos últimos discos) y la actitud del grupo, impecable. Siempre lo digo: no solo da gusto, sino que se nota muchísimo cuando una banda disfruta sobre el escenario: las sonrisas de oreja a oreja, las palabras de agradecimiento sincero… todo esto llega al público y hacen de los conciertos algo inolvidable. La Habitación Roja lo maneja a la perfección y, además, tiene temazos con los que cubrir una hora de concierto sin que el público pare de cantar. ¿Qué más se puede pedir de un domingo por la noche?.

Love Of Lesbian

Probablemente los grandes protagonistas de la noche fueron los catalanes Love Of Lesbian, que llevaban al Low su espectáculo El Poder de la Tijera. No voy a resistirme a indicar que el juego de palabras de este título me parece soez, falto de gracia y absolutamente fuera de lugar. Se trata de un escenario concebido exclusivamente para los festivales por los que la popular banda gire este verano: después, según su propia página web, las proyecciones, disfraces y el repertorio de éste no volverán a utilizarse. Algo único, podría pensar uno, pero que, en realidad, acabó siendo lo mismo de siempre: la tropa catalana se subió al escenario medio disfrazada y/o maquillada, Santi Balmes al frente con la vena payasa en todo lo alto, e hicieron lo que les he visto hacer otras veces. Es decir, ser técnicamente impecables, abusar del inapelable carisma de su cantante y, como era un espectáculo “especial”, pues aumentar el número de chistes sobre sexo. El erotismo, que impregna de manera muy particular muchas de las letras de Love Of Lesbian, era el protagonista en el espectáculo y el repertorio estaba organizado de modo que éste estuviera siempre más o menos presente.

El público, como siempre también, en éxtasis. Las primeras filas enloquecieron cuando Balmes se acercó a ellas y los coreos de las canciones llegaban a escucharse por todo el recinto. No cabe duda, esta gente sabe lo que hace, sabe lo que quiere su público, se lo da reluciente y sabroso y todo el mundo queda muy feliz. Yo intenté quedarme viéndolos unas cuantas canciones pero siempre me pasa lo mismo con Love Of Lesbian: salvo en 1999 (2009), no tienen canciones que realmente me gusten. Los he visto en directo unas cuantas veces y, chistes sobre sexo aparte, todos sus conciertos son bastante similares. Al final en los festivales siempre acabo pensando que seguro que hay algo más interesante que ver en algún otro escenario. Y en este caso, al menos a mi gusto, acerté.

Emergency Ponchos

Y es que de nuevo, ahí estaba el pequeño autobús de Red Bull que hacía las veces de escenario Sounds From Valencia para darme una alegría. Unos macarras de Benidorm que se hacen llamar Emergency Ponchos estaban pegando mamporros a sus instrumentos ahí arriba, y yo me lo pasé en grande. Punk sucio y sin pelos en la lengua, cero complejos a la hora de presentar una voz rugosa pero llena de personalidad y unos cuantos matados como yo pegando saltos y aplaudiendo a rabiar. A mi estas cosas de hacer ruido, berrear y comportarse como el macarra más maloso del barrio, si se hacen bien, me encantan. Y los Ponchos estos lo clavaban. Lástima que que el autobús este fuera tan alto: su sonido habría ganado todavía más con un poquito de cercanía al público, pero eso es solo una excusa para intentar verlos de cerca en el futuro.

Palma Violets

Son ingleses, bastante jóvenes y forman parte de la nueva hornada del post-punk revival surgida tras la publicación del primer disco de The Vaccines, hace ya algo más de tres años. Mi experiencia con este tipo de bandas es desigual (por un lado una piensa en Spector, que son divertidísimos, o en Tribes, que eran una castaña en directo), así que no sabía bien qué esperarme. Por ahora solo tienen un LP muy divertido con un par de hitazos y en España se han oído poco, de modo que al principio no había mucha gente en el escenario Matusalem para verlos. Pero, ay amigos, sorpresa: resulta que están como cabras, subieron al escenario como un auténtico torbellino y dieron un conciertazo para sacarse el sombrero y que, a medida que pasaban las canciones, iba acumulando a más y más gente frente a su escenario. La actitud era perfecta y la compenetración entre el bajista y el guitarra, sensacional, de modo que establecieron una conexión rápida y eficaz con la audiencia, a la que agitaron sin parar con arengas y bastante movilidad sobre el escenario. El sonido, algo descarnado, pero fino y cuidado. No solo sonaron bien hits como Best Friend sino que consiguieron mantener el interés durante todo su concierto, incluso con un amago de bises.

Paus

Por último, unas pocas líneas para destacar la actuación de los lisboetas Paus en el escenario Wiko, que coincidió en tiempo (y se mezclaba en sonido) con la de los Palma Violets. Anduve paseando un poco entre los dos escenarios y la verdad es que lo de los portugueses estos me pareció de escándalo. Me recordaron un poco a la formación británica de rock electrónico instrumental Vessels, aunque mucho menos conceptuales y complicados. Montaron una estupenda orgía de percusión ante la que era imposible no ponerse a bailar a pesar del agotamiento de esas horas, y quedan en mi memoria como uno de los mejores descubrimientos del festival.

Dicho esto, servidora ya no daba para más y esto fue todo lo que vio. espero que os hayan gustado tanto las crónicas como los reportajes fotográficos que podéis encontrar en nuestro Flickr. Muchas gracias a la organización por acreditarnos para el evento y hasta otra.